miércoles, 14 de diciembre de 2011

Ventana a la fotografía

"Un paseo por los volcanes"
Juan José López Luna
Auditorio Azteca
UQI
Diciembre 15, 2011


miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mil maquinas nunca harán una flor



Apertura:
Jueves 1ero de Dic
Dj & Coctel 7:30 pm
Museo de la Ciudad
Irapuato, Gto


jueves, 1 de septiembre de 2011

¿Cómo es posible?

¿Cómo es posible?,
que desee tus manos, sin haberlas tocado
que suplique tu presencia, sin siquiera conocerte
que extrañe tu voz, cuando la he escuchado poco

porque has logrado sobrepasar lo mundano,
lo material, lo puramente decorativo.

porque conoci tu esencia y me salte muchos pasos
porque nos conocimos por dentro
y nos ahorramos la envoltura
porque logramos pasar el nivel que muchos intentan

porque las grandes historias no tienen ni pies ni cabeza
y solo al morir,
el que lea nuestra historia completa lograra entenderla

porque, aun no se porque,
pero me fascina el misterio que emanas
porque eres capaz de irradiar tu luz a kilometros de distancia

porque la vida es sabia,
porque me esta preparando
para cuidar tu luz,

porque me esta enseñando a alimentarme de tu calor.

jueves, 25 de agosto de 2011

Nocturno a Rosario


Pues bien, yo necesito
decirte que te adoro,
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto,
y al grito que te imploro
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.
De noche cuando pongo
mis sienes en la almohada,
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
camino mucho, mucho
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada,
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.
Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos;
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás;
y te amo, y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos
te quiero mucho más.
A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y huir de esta pasión;
mas si es en vano todo
y mi alma no te olvida,
¡qué quieres tú que yo haga
pedazo de mi vida;
qué quieres tú que yo haga
con este corazón!
Y luego que ya estaba?
concluido el santuario,
la lámpara encendida
tu velo en el altar,
el sol de la mañana
detrás del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario,
y abierta allá a lo lejos
la puerta del hogar...
Yo quiero que tú sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías;
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías
que ya no sé ni dónde
se alzaba el porvenir.
¡Que hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo.
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos, un alma sola,
los dos, un solo pecho,
y en medio de nosotros
mi madre como un Díos!
¡Figúrate qué hermosas
las horas de la vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida,
y al delirar en eso
con alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por ti, no más por ti.
Bien sabe Díos que ése era
mi más hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
¡bien sabe Díos que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
en el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza...
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡adiós por la última vez,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores,
mi mira de poeta,
mi juventud, adiós!

Manuel Acuña

miércoles, 10 de agosto de 2011

Raúl Zárate: la expresión en lo turbio.

turbio, bia.

(Del lat. turbĭdus).

1. adj. Mezclado o alterado por algo que oscurece o quita la claridad natural o transparencia.

2. adj. Dicho de tiempos o circunstancias: Revueltos, dudosos, azarosos.

3. adj. Dicho de la visión, del lenguaje, de la locución, etc.: Confusos, poco claros.

Quizá lo oscuro, lo dudoso y lo opaco no parezcan términos compatibles con lo expresivo. Aquello que se halla sumergido en la penumbra poco expresa. Expresar, pintar, hablar significan, en más de un sentido, mostrar, decir, evidenciar, dar luz a algo. Lo turbio, tal como se puede entender en cualquier diccionario, resulta un calificativo poco coherente a primera instancia para calificar la pintura: arte hecho de luz que habla.

Se dirá que los colores intensos no ocultan, gritan; que los trazos duros y bien geométricos no confunden, son contundentes y denuncian su forma. Pero la obra de Raúl Zárate es eso: una expresión turbia, una paradoja.

En Francia, Emmanuelle Houlès relacionó el estilo de Zárate con el de la pintura Naïf no sólo por sus circunstancias biográficas (no se inscribe en una formación académica), ni tampoco por su recurrencia a temas populares, al folclor; la relación con el naïf tal vez se halla más en el desenfado con que el trazo y el color construye sus objetos. Y en ello hay un enorme mérito que el pintor cosechó y personalizó a lo largo de su obra.

Sin definición, la pintura de Raúl Zárate embiste conscientemente las tres reglas de la perspectiva académica: la talla proporcionada de los objetos, la atenuación de los colore y la disminución del detalle con relación a la mayor distancia en que son ubicados. Ello tiene por consecuencia una deformación de la perspectiva –fallida de forma deliberada-, la vivacidad de los colores a igualdad en los diferentes planos de composición –sin atenuación en los planos profundos- y un mismo grado de detalle para todos los objetos.

Perspectiva, profundidad e intensidad se construyen de un modo diferente: a través del color y el trazo duro, Zárate obliga al espectador a interactuar con la pintura: los colores, a fuerza de densidad, opacan los detalles; las formas, contundentes y a veces violentas, despersonalizan sus objetos. Y así el cuadro deviene turbio: una pintura grave pero asible, densa pero nítida. No es casual que en gran cantidad de obras la base sea un fondo negro y el azul irrumpa con sugerente frecuencia: el mundo pictórico de Zárate emerge de un entorno sombrío y ahí el color (luz, a fin de cuentas) halla su mayor expresión. El azul es un color que guarda una tristeza honrosa, pero también es un símbolo de aliento, de supervivencia. Es en la sombra que la sensibilidad humana descubre su más profunda potencia, su más clara expresión.

Raúl Zárate es sin duda el gran pintor de esta ciudad: su obra es el mejor argumento de esta afirmación. Dejó su ciudad natal a los dieciséis años con destino la ciudad de México, y luego de un largo periplo regresó para dedicarse a la pintura.

En París, en donde logró exponer en tres diferentes salas en tan solo mes y medio, Zárate fue reconocido por críticos y espectadores. Fue el escritor Fernando del Paso –autor de una inmensa obra y considerado uno de los mejores escritores mexicanos por sus novelas Noticias del Imperio y Palinuro de México-; quien entonces trabajaba como Consejero Cultural de México en Francia y como productor y escritor para Radio France Internationale, quien hizo el honor de cortar el listón para inaugurar la muestra de Raúl Zárate instalada en el Pabellón Mexicano de la Ville Universitaire en la Universidad de la Sorbonne. Las críticas vertidas a su obra en Europa resaltan el modo obsesivo con el que Zárate trabajó la textura de cualquier material donde plasmó su obra con maestría.

Sobre su pintura escribió Emmanuelle Houlès:

Su búsqueda es interior, su inquietud intelectual. Su expresión no tiene compromiso frente a la sociedad y cuando se revela contra las injusticias naturales o sociales es siempre en nombre suyo y en nombre de la libertad.

De esa estancia en Francia regresó a Irapuato con una técnica pictórica enriquecida con la influencia de Chagall. La obra de Raúl Zárate es todo menos “local”: con coleccionistas que han sabido reconocer el valor intrínseco de cada pieza, las obras del pintor han encontrado lugar en ciudades y países varios: en esta Ciudad de Irapuato, en diversas ciudades de México, en Estados Unidos, España, Francia, Cuba, Puerto Rico, Marruecos, Argentina, Alemania, Brasil e Italia. El valor de su obra se acumula y aumenta con esta dispersión.

Las obras de Raúl Zárate hallan su valor en ser expresión de un paseante: el mundo está ahí a la vista de todos, pero sólo el artista es capaz de reconocer la intensidad que la vida oculta; sólo él es capaz de responder con igual fuerza. Acaso será por eso que sus escenas de Irapuato dejan de ser paisajes de una ciudad del Bajío mexicano para convertirse en experiencias de un hombre que es todos los hombres: es decir, experiencia de un tiempo, de un corazón que ahí pintó sus pasiones.

“Uno mismo es Dios y el demonio. Es mi creencia” dice Raúl Zárate.

Alejandro Palizada

Escritor

sábado, 23 de julio de 2011

Que mal estamos!!!

Con que contraste me despierto hoy, primero una peli de CriCri con Lopez Tarso, geniall!!!! y los niños cantando la del chorrito, que bellas letras, que no se olvidan con el paso del tiempo y siguen siendo cantadas por muchos niños.


Y luego zacatelas, sabadazo con una niña como de 8 años cantando una cancion de desamor y en contra de los hombres, que de seguro era de Jenni, por que hasta igual le hacia, que necesidad tiene la niña de eso cuando yo creo ni su primer beso ha dado.


TE ESTOY ENGAÑANDO CON OTRA

AQUI ESTOY YA EN EL HOTEL

Y YA LE QUITE EL PANTALON

Y LOS CALZONES TAMBIEN

ESTA RE'BUENA LA PLEBE

EL CUERPO LO TIENE AL 100.


Te estoy engañando con otra

Calibre 50


Eso es a lo que estan expuestos los niños de ahora, en muchas de las estaciones a nivel nacional. Eso queremos para los que son nuestro futuro???


Si eres madre, o hermano no permitas que tus nños cantes cosas asi, hay cosas mas adecuadas para su edad, y si escuchas canciones en el radio que no sean adecuadas para ellos, cambiale de estación.


Que mal estamos!!!!!!

Asi queremos ver a nuestros niños

viernes, 28 de enero de 2011

Disyuntiva

Sentado, mirando la inmensidad, mirando el tiempo pasar, lo que hemos dejado atrás, lo que nos presenta el futuro, somos tan cobardes que nos quedamos en el pretérito, tan poco valientes que no damos paso al acontecer diario, colmado de oportunidades que nos brincan a la vista, miedo de confundirte, de que no sea lo mejor, de hacerlo por ser un poco feliz, de no sufrir por lo mejor, cuando has sufrido pareciera que viene lo mejor, nunca es así, disyuntiva entre lo fácil y lo difícil, lo placentero y el pleno gozo, lo sencillo o lo que te hace que te atrevas, te atreves y das un paso adelante, la vida te da después tres atrás, nunca caminas la milla, o tal vez falta mucho para caminarla, empedrado esta el camino, retos o tropezones, alguien te tiende la mano desde hace mucho tiempo, quieres darle la oportunidad, pero el fantasma de la vía te impide tomar su mano, tiemblas ante su presencia, es como un harakiri, la puedas evitar, mas sin embargo te aferras, te muestra distintas caras, ya has destrozado algunas y todas son bellas, aun quedan escombros de la blanca mascara de porcelana, los recoges y los guardas, te quieres deshacer de ellos pero no puedes por completo, la mano del andar te tiende nuevamente su palma, y parece que al fin la vas a tomar.

Enterrar el pasado y vivir el presente, o aferrarse a una ligera luz de esperanza de un camino sin obstáculos.